Muchas iraníes se han quitado el hiyab en la calle pese a las posibles represalías en protesta por la muerte de Masha Amini. El dolor por su fallecimiento ha llegado a más de 20 ciudades del país y el Gobierno ha reaccionado limitando las redes sociales.
Algunas queman el velo, muchas protestan ondeándolo frente a las universidades y otras han llegado incluso a manifestarse cortándose el pelo. Pueden ser encarceladas, golpeadas y expulsadas de su trabajo, pero la valiente rebelión de las mujeres en Irán contra la obligación de llevar hiyab tras la muerte de Mahsa Amini no cesa. “Al igual que el movimiento por el sufragio femenino, las mujeres iraníes está haciendo historia”, celebra en las redes la periodista y activista Masih Alinejad.
Dolor y empatía por Amini en más de 20 ciudades de Irán
Lo cierto es que la muerte de Mahsa Amini ha logrado unir a miles de iraníes a través del dolor y la empatía. Aunque algunos ciudadanos ya se echaron a la calle en 2019 por el aumento del precio de los combustibles, ahora el fallecimiento de la joven ha roto la fragmentación de la sociedad. En total, las manifestaciones lideradas por las mujeres sacuden más de 20 ciudades.
“El dolor ha abierto el camino a una movilización nueva y más amplia“
“Estas protestas están motivadas por el dolor, no por meros agravios. El dolor ha abierto el camino a una movilización nueva y más amplia”, ha explicado en un artículo el analista Esfandyar Batmanghelidj. Así, personas de diferentes entornos y clases sociales se han unido a las protestas, expresando una “solidaridad” que manifestaciones anteriores no lograron, según el articulista.
El Gobierno limita las redes sociales para controlar las protestas
Las autoridades, por su parte, insisten en que las protestas, que han prendido fuego a al menos dos comisarías y a multitud de vehículos, están incitadas por el “enemigo extranjero” con la intervención de embajadas y servicios de inteligencia de otros países.
Asimismo, el Gobierno ha reaccionado en la noche de este miércoles, bloqueando el internet móvil casi completamente y limitando aplicaciones como WhatsApp e Instagram en un aparente intento por controlar las manifestaciones.