Suscitó una buena discusión la columna que publiqué el lunes pasado, en la que argumenté que Xóchitl Gálvez debiera buscar la candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y no hacer caso de quienes la quieren como aspirante presidencial.
Mi punto de vista es que la senadora tiene una gran posibilidad de ganar en la capital y no debiera abdicar de ella por hacerse de un cargo de mayor importancia, pero difícil de alcanzar.
En respuesta, hubo quienes me dijeron que si Xóchitl no va por la Presidencia, la oposición no será competitiva en esa elección.
Depende enteramente de la alianza Va por México cómo quiere enfrentar el proceso venidero. De hecho, el próximo lunes dará a conocer la ruta para nombrar a quien lo represente en la boleta. Como yo no seré candidato a cargo alguno, su decisión no me incumbe ni me quita el sueño. Sin embargo, a quienes dicen que no hay opositores –fuera de Xóchitl Gálvez– con posibilidad de disputar la Presidencia a Morena, habría que responderles que no se han fijado bien, pues creo, como le explicaré aquí, que el gobernador yucateco Mauricio Vila podría ser una buena opción.
Yucatán no es un estado que suela ser tomado en cuenta a la hora buscar candidatos presidenciales. Y no es que hayan faltado políticos yucatecos en el escenario nacional en tiempos modernos –ahí están Emilio Gamboa Patrón, Víctor Cervera Pacheco, Dulce María Sauri y Carlos Castillo Peraza–, pero siempre se ha percibido a ese estado como lejano, no sólo geográfica sino políticamente, del centro del poder. Quizá por una combinación de factores culturales y demográficos, nunca ha habido un presidente nacido en Yucatán y tampoco un candidato al cargo.
Eso podría cambiar si el panista Mauricio Vila se decide a contender por la candidatura de Va por México, en un proceso que se iniciará, como digo arriba, el próximo lunes.
¿Por qué creo que Vila sería una buena opción? Por varias razones: es un político joven, pero con trayectoria, pues ha sido diputado local, alcalde de Mérida y gobernador de su estado desde 2018; tiene experiencia empresarial, lo cual le ha ayudado a entender la importancia de atraer inversiones y crear empleos; es originario del sur del país, región de la que nunca ha salido un candidato presidencial del PAN (ya es tiempo de que pruebe otra cosa) y lo cual le permite entender la necesidad de que no se siga abriendo la brecha entre las porciones más pobre y más rica del país, y no ha antagonizado al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha declarado muchísimas veces lo bien que le cae.
Este último punto es importante. Vila ha sido un impulsor decidido del Tren Maya –proyecto insignia del Presidente–, por lo que sería muy difícil para López Obrador criticarlo desde su conferencia mañanera sin hacer desfiguros. Además, Vila no se sentiría obligado a confrontarse con el Presidente, con lo que él podría zafarse del círculo vicioso de la polarización que tanto ha beneficiado al tabasqueño, y concentrarse en hacer contrastes con quien vaya a ser el o la aspirante del oficialismo.
Aunque no se puede descartar que un político tenga esqueletos en el clóset, de Vila, quien nunca ha trabajado en el gobierno federal –ni con Vicente Fox ni con Felipe Calderón–, no se conocen escándalos.
En mi opinión, Mauricio Vila, para la Presidencia, y Xóchitl Gálvez, para la Jefatura de Gobierno, serían la dupla que necesita la oposición para mostrar que aún está viva y que puede competir al tú por tú con Morena.
BUSCAPIÉS
*El lunes, Va por México anunciará que quienes aspiren a la candidatura presidencial deberán reunir 250 mil firmas; quienes lo logren se medirán en una encuesta. Entre cuatro y seis de ellos irán a una elección primaria, a realizarse a finales de noviembre, en la que se utilizará un padrón que se integrará con ciudadanos que hayan apoyado a alguno de los aspirantes o que se hayan anotado en una lista levantada por los partidos de la alianza y grupos organizados de la sociedad civil. De ahí saldrá el candidato o la candidata de la oposición.